Autor: Eduardo Montero
La Bolsa es una institución independiente que cumple la función de nexo entre las empresas y los inversores.
Aquellas empresas que desean abrir su capital a oferta pública, se acercan a esta institución y luego de cumplimentar los requisitos necesarios para abrir su capital al público en general, están en condiciones de entregar parte de su capital accionario a cambio de dinero que será destinado para distintos fines dentro de dicha empresa, ya sea para nuevos emprendimientos, financiación, cancelación de deuda, expansión, modernización, etc.
Vamos a poner un ejemplo ficticio simple para poder aclarar el panorama de forma práctica. Supongamos que usted es dueño de una empresa e invirtió 10.000 € para crear y poner en funcionamiento la misma. Pues bien, ahora necesita dinero para un nuevo proyecto por la suma de 3.000 € pero no tiene dicho capital.
Su siguiente paso para conseguir dicho importe sería ofrecer el 30 % de su empresa a cambio del dinero. Ud. por ejemplo podría salir a ofrecer mediante el régimen de oferta publica, 3.000 acciones de su empresa de valor 1 € cada una.
Hasta aquí tenemos un simple panorama: usted consiguió el dinero para invertir y los inversores recibieron a cambio acciones de su empresa pues creen en su éxito. Si vamos a verlo desde el otro lado del mostrador, veremos que el inversor ahora en lugar de dinero tiene acciones.
¿Por qué decidiría alguien cambiar su dinero por acciones?. Simple. Quien optó por este cambio evaluó las posibilidades que existen con respecto a dicha empresa y dedujo que ganaría mercado frente a sus competidores, por lo cual aumentarían sus ventas, generaría más beneficios y por tanti la empresa podría valer a fin de año 12.000 €.
De acuerdo con este razonamiento y de cumplirse la percepción del inversor, unos meses después de haber invertido su dinero en acciones que costaban 1 €, el mencionado inversor tendría esas mismas acciones cuyo valor seria de 1,20 € por cada una, lo cual le dejó una ganancia de 20 % por haber visto a futuro esa posibilidad de crecimiento.
Todos los días en los mercados financieros a nivel mundial millones de acciones cambian de dueño y esto se debe a la evaluación que los inversores hacen de cada empresa. Mientras que para algunos es momento de dejar de participar de cierto proyecto, para otros comienza a ser rentable. Esto permite el libre movimiento de oferta y demanda de acciones y es lo que básicamente hace funcionar el mercado.
Si una gran cantidad de inversores observan que determinada empresa tendrá mejores resultados en sus próximos balances, seguramente habrá mucha demanda de acciones y a su vez poca oferta, lo cual obligará a quienes deseen comprar a pagar un precio superior por ellas. En sentido inverso, cuando una empresa muestra indicios de empeoramiento, seguramente los poseedores de acciones decidirán que es momento de intentar vender, en este caso será mayor la oferta que la demanda por lo cual los precios tenderán a bajar.
Esta oscilación es la que permite el movimiento diario de precios y está basado pura y exclusivamente en oferta y demanda. Tan simple como eso.
Si tenemos clara cual es la situación y el sentido de invertir en un mercado de acciones y si llegado este punto, el tema despertó su interés, le invitamos a que siga conociendo este interesante mundo a partir de los contenidos de nuestra web que, aunque están dirigidos al mercado de divisas también son muchas veces aplicables al de acciones.